En el proceso de alimentación, el alimento (comida) en un primer paso existe, después de introducirlo en la boca, el proceso de salivación y masticación formándose el bolo (así se llama el alimento reducido por este proceso) en la boca. Le sigue, con la deglución (el hecho de tragar el bolo formado en cada vez), el paso al esófago después de que la epiglotis favorezca el paso. En el esófago intervienen los músculos del mismo que preparan el bolo para que al llegar al estómago la forma del alimento sea propicio para el proceso estomacal. ¿Qué ocurre en el estómago una vez que del esófago pase el bolo al estómago con el permiso de la válvula cardias?
Los nutrientes (minerales, vitaminas, proteínas, hidratos, ácidos grasos, oligoelementos y lípidos) que se absorben en el intestino delgado, según intervengan el hígado, el bazo y páncreas con sus secreciones que la facilitan. Esta absorción se realiza sobre el Kimo, que es el alimento resultante del proceso bioquímico que en el estómago se realiza sobre el bolo formado en la boca. en el estómago se segregan unos ácidos necesarios que en tras un tiempo, actúan en el bolo hasta transformarse en el Kimo.
Lo que viene después es absorción de nutrientes que a lo largo de todo el intestino, mediante el peristaltismo natural regido por en sistema nervioso central, haciendo que en centros determinados sean absorbidos por el sistema circulatorio arterial que ya ha cogido en los pulmones, a través de la respiración, el suficiente oxígeno que, tras pasar por el corazón se expande por el sistema circulatorio llegando por capilares menores a todas las células del organismo.
Recordar que en intestino grueso se produce, gracias a la flora intestinal y favorecido por la presencia de la fibra en los nutrientes, un proceso de putrefacción se establece un intercambio de nutrientes entre los restos llegados al intestino grueso y éste, llegando a favorecerse una absorción de nutrientes que favorecen el equilibrio del sistema nervioso, el sistema límbico y el sistema inmunitario.
Al final, el proceso de alimentación es una forma de dar placer a los sentidos, excepcionalmente al gusto que, evitando excesos (por exceso o defecto) y tomando una alimentación equilibrada - que eviten la gula, simplemente es un proceso que nutre nuestras células.
¿Qué es una alimentación equilibrada? Hay dietas diferentes, ya sea la japonesa, China, Indú, Peruena-ecuatoriana, Mejicana, Mediterránea, Atlántica y todas ellas con sus peculiaridades son más o menos equilibradas, y sabemos lo que los nutricionistas nos dicen que en cada plato debe haber un tanto por ciento de hidratos de carbono (50%), de proteínas (20%) y de grasas (30%). Luego hay que tener en cuenta las particularidades en los hidratos de carbono, proteínas y también en las grasas. Existe hidratos de hidrosolubles y que no lo son, proteínas de cadena larga y de cadena corta y grasas saturadas, monoinsaturadas y grasas poliinsaturadas.
Podemos usar conceptos de dietas asiática y usar especies que se sabe, algunas, favorecen la absorción de algunos nutrientes ó enriquecen, algunos alimentos con su cocinado, con algunos nutrientes. Podemos usar el concepto de la cromoterapia que la medicina tradicional china añade en sus platos, combinando sabores y colores en los alimentos, que bajo el concepto del jing-yan y los cinco elementos, estimulemos ó equilibremos un órgano en concreto. Este concepto, a nosotros nos gusta mucho porque es compatible con el uso de productos propios de las dietas mediterránea, atlántica, latina e indú.
Con toda esta información sólo podemos añadir el concepto de que la alimentación debe ser considerada como una ingesta en todo un día y en toda una semana, facilitando que atendiendo a los conceptos de diversidad, de equilibrio grasas, hidratos, proteínas, evitar comidas procesadas, evitar comer carnes rojas, favorecer la ingesta de pescado (especialmente azul), evitar fritos favoreciendo, por contra, los guisos, estofados, potajes, ingesta un par de días legumbres y al menos un día arroz, principalmente pensando en al comida principal que supone mayor ingesta de calorías.
Teniendo en cuenta que los desayunos deben ser bajo en calorías pero rica en nutrientes y que se produzca tras, al menos después de 10 a 12 horas de la última comida del día, pudiendo ser ésta antes de las 10 de la noche, promoviendo un ayuno mínimo de 10 horas que facilita la regeneración celular y del sistema hormonal e inmunitario, promoviendo el descanso óptimo e impidiendo el estrés, que ayuda a reducir la toxemia debida a los radicales libres y favoreciendo la concentración y normal equilibrio emocional que ayuda a empezar un nuevo día con ánimo e ilusión.
En los desayunos la ingesta de lácteos, cereales, alguna proteína en forma de huevo ó fiambre de jamón de pavo, cerdo, ..., añadido de un café que estimule en positivo y ayude a la estimulación de la secreción intestinal a nivel de intestino delgado. Esto nutre y además ayuda al peristaltismo con lo que se favorece la salud del sistema hemuntorial (intestino grueso, piel y el sistema urinario), teniendo en cuenta que combinar días con lácteos y cereales y algo de fiambre con días con lácteos, huevo y algo de fiambre ó algún día huevo crudo con leche y algo de pan con mantequilla (ó aceite de oliva virgen extra) y mermelada. Puede añadirse algo de fruta fresca de temporada, resulta beneficioso para la salud mental de cada individuo.
Las cenas pueden ser alejadas al menos una hora y media de la hora de acostarse; deben equilibrar la ingesta equilibrada de la relación entre proteínas, grasas y carbohidratos según lo que hemos comido a lo largo del día. Así, con esta idea, y cenando una cantidad menor en calorías que la comida principal y pudiendo ajustarse, contando con el desayuno, a una ingesta calórica diaria ideal según necesidades de cada persona. Estas necesidades lo marcan el sexo, la edad, la actividad física (por deporte ó actividad profesional realizadas) y sobre todo, teniendo en cuenta las necesidades de una posible patología que pudiera padecerse que según los fármacos que se tomen, las necesidades calóricas son menores, pero la necesidad carbohidratos es menor y mayor el porcentaje de proteínas e igual proporción las grasas (40% carbohidratos, 30% proteínas y 30% grasas), donde tipo de proteínas y carbohidratos es de lógica diversidad sin destacar un tipo con respecto a otro, aunque la necesidad de grasas poliinsaturadas es de exigencia mayor, y el mimo por evitar grasas saturadas y reducir grasas insaturadas debe ser exigente y mayúsculo.
Combinar, en las cenas, ensaladas verdes con frutos secos y alguna fruta fresca con, por ejemplo, zanahorias y algo de paté de garbanzos; otro día ensalada de pasta con mejillones o berberechos o melva ó atún y otro día una salchicha con ensalada verde con maíz y unas uvas pasas y pipas de girasol ... son opciones y ejemplo de como pueden ser cenas saludables.
Decir que una infusión a media tarde es beneficioso para dar descanso al intestino. Tomar una ó dos piezas de fruta a media mañana ayuda a tener la mente espabilada e impedir pájaras.
Si tomamos una media hora antes de cenar una pieza o dos de fruta fresca ayuda a recuperarse desgaste del día y se prepara el organismo, una vez que se favorece las vitaminas y minerales que proporciona la fruta, para ingerir la última ingesta de comida del día y ayuda a regular el sueño y la recuperación deseada en el descanso nocturno.
El hacer ejercicio una hora antes de cenar ó algo de ejercicio dos horas (haciendo la cena entre las 8 y las 9) después de cenar ayuda a que la combinación cena y descanso proporciona una buena forma para regular los ritmos circadianos de la presión arterial y la secreción de insulina, glucagón y colesterol a la sangre, que ayuda a mantener un peso ideal y ayuda a controlar el estrés, si bien es cierto que exige por parte tuya que evites la ingesta de bollería industrial, preparados ultraprocesados y productos de supermercado ó restaurante edulcorados ó con grasas saturadas.
Decir que, siguiendo consejo del ángel Urdiel (quien nos ofreció esta información hace más de 12 años), el primer día de descanso tras una semana de trabajo, podemos hacer una cena ligera a base de fruta, yogur y algunos frutos secos (si la época u su existencia lo permite); de mañana se evita tomar algo hasta la hora de la comida, pudiendo comer algo de fruta 1 ó 2 horas antes de la comida principal. En este momento comer comida ovo lácteo-vegetariana es lo más aconsejable para depurar organismo y mejorar es estado mental del individuo, lo que se remata con un poco de fruta, yogur durante la noche para pasar a hacer una desayuno, al día siguiente, más o menos 2 ó 3 horas antes de la comida principal, la cual se puede basar en una dieta similar al día anterior y algo de proteína según pescado preferiblemente atún, salmón ó bacalao ahumado, sushi ó similar. Por la tarde comeremos algo de fruta e intentaremos comer algo de lácteos con cereales y/ó algo de jamón de cerdo ó ave. Es lo ideal para mejorar la funcionalidad de páncreas, bazo e hígado, y mejorar el tracto intestinal favoreciendo la nutrición propia de éste, y regenerar la flora intestinal.
Añadir como dato no menos importante que las comidas, a lo largo del año, son diferentes (por algunos alimentos que no se pueden obtener por no ser frescos) pero que no impide que todo el año tengamos equilibrio (entre proteínas, grasas y carbohidratos) en los platos de alimentos que ingerimos; y que debemos tener en cuanta que la ingesta de cantidad (por las calorías que implica, necesarias en cada día, distribuidas a lo largo de las comidas de cada día) debe ajustarse al hecho de que el invierno necesitamos mayor cantidad y en invierno menos y, que en las épocas de transición entre ambas estaciones como son primavera y otoño, la exigencia de calorías es mayor que en verano pero menor que en invierno. Decir tiene que por las características de estas dos estaciones se pueden se pueden producir cambios y desequilibrios hormonales que pueden contrarrestarse con ingesta de complementos vitamínicos especialmente útiles en gente estudiante y gente mayor de 65 años.
En la parte alta de este texto hablamos de que en la alimentación buscamos un hecho placentero. ¿Cómo y porqué es necesario esto? Los sentido del gusto, la vista y el olfato se estimulan directamente viendo el plato con la comida, oliendo el resultado del cocinado de los alimentos y masticando en la boca sabiendo que en la lengua tenemos unos sensores naturales para captar sabores (dulce, amargo, ácido, salado) . Esto supone comer algo bello por que el efecto que se produce el el cerebro es el mismo que si vemos algo bello, especialmente ocurre cuando ese algo bello se trata de una persona bella y atractiva generando deseo.
El deseo si se observa y se experimenta sin la aparición de una necesidad fisiológica de complacer los sentidos puede ser contraproducente al poder aparecer un sentimiento de ansiedad y frustración. Al igual que cuando ves una persona bella y atractiva desnuda con deseo, si no se satisface de alguna manera la necesidad fisiológica, puede causar frustración. El deseo, si no se experimenta acompañado con un bloqueo emocional, puede sugerir, observando el cuerpo con natural intención de aprender, ideas de admiración y si existe bloqueo, la necesidad surgida puedes regularla con un lógico y natural equilibrio que impone el respeto, y la educación gracias a una educación y disciplina humana evitando atracciones producidas por el sistema reptiliano ó primitivo, que hace reaccionar ante el miedo ó alguna otra emoción instintiva y que conviene entrenar.
Entonces se puede decir que buscamos con la comida un hecho placentero y como pasa con el sexo, envidia, soberbia, ... debemos entrenar los sentidos y la observación propia durante el proceso de alimentarnos para que el hecho sea consciente y nos cause placer pero no satisfacción ilusoria y provisional que se confunda con placer. Como el sexo (Ver conducta sexual), y muchas otras cosas, requiere técnica y no dar pie a la gula.
¿Cómo lo hacemos? observar la comida en el plato, dar gracias por ella, pedir a tu ángel guardián que la comida cubra tus necesidades alimentarias y tu nutra y sea buena para tu espíritu y lo más importante: que durante el proceso de la comida pueda honrarte al igual que honrar a mi espíritu y a Dios padre celestial.
Esto, si eres ateo, te sugerirá emociones encontradas y puede que lo rechaces. No lo hagas si no lo sientes pero da gracias por disponer del alimento y acto seguido haz del proceso de alimentarte un ritual, es decir, coge un bocado de comida e introdúcelo en la boca. Sé consciente de este hecho y pon a prueba todos los sentidos a la hora de masticar y saborear la comida, notando todos los sabores incluidos en la comida. Mastica suficientemente bien cada bocado y en el proceso de tragar, prueba a intentar seguir con la mente la comida por el esófago hasta tu estómago mientras das un descanso a tu boca.
Esto aderezado con una buena compañía y una grata conversación, que no te cause malestar alguno ó preocupaciones puede hacer que el proceso de alimentarte sea todo un ritual místico.
Alimentarse es nutrir el cuerpo pero también da sentido a la mente y los sentidos y nutre el sistema nervioso equilibrándolo y cuando eres consciente del proceso de alimentarse dando gracias, además, por esos alimentos se genera una simbiosis entre tu consciente y subconsciente hallando una forma de conectarse con constancia en la práctica. Se acaba sintiendo belleza por el proceso de alimentarse y en todo el proceso de crecimiento, formación y obtención de los alimentos.
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